Si hablamos de pastores y pastoreo y queremos empezar por el principio, como Dios manda, habremos de remontarnos, por lo menos, por lo menos, al Neolítico. Aquellos barbudos antepasados nuestros descubrieron que, para conseguir carne y pieles, mucho mejor que las largas, penosas y arriesgadas cacerías, podría ser tener bajo control a los animales, su alimentación y su reproducción y disponer de sus producciones.
Sostienen los estudiosos de la Prehistoria que esto, probablemente, no fue un cambio repentino, sino un proceso paulatino de aproximación a los rebaños silvestres.
Sostienen los estudiosos de la Prehistoria que esto, probablemente, no fue un cambio repentino, sino un proceso paulatino de aproximación a los rebaños silvestres.