El día 11 de septiembre de 1891, la vecina localidad de Consuegra sufrió una terrible inundación. Durante todo el día, el pueblo y la zona habían sufrido tormentas. La presa romana, próxima al pueblo, estaba debilitada y se rompió por la acumulación de agua y maleza. El nivel del río Amarguillo subió considerablemente –en algunos puntos tuvo una altura de más de seis metros- y arrasó con todo lo que encontró en su cauce, inundando las casas aledañas al río y la parte baja de esta villa.