El pasado 5 de mayo, se cumplieron 70 años de la liberación por parte del Ejército norteamericano del campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen (Austria).
De nada había servido la experiencia de la llamada Gran Guerra (Primera Guerra Mundial 1914-1918), que se había saldado con 30.000.000 de víctimas, la racionalidad del ser humano no pasaba por aprender de sus errores.
Cuando llegado el año 1939, se inició la Segunda Guerra Mundial, el único avance que se pudo constatar con respecto a la guerra anterior, fue la sofisticación a la hora de inventar maneras de masacrar más cantidad de gente a un coste inferior.
El Ejército alemán fue el máximo exponente de esta política de exterminio, con la creación de masivos campos de concentración, donde la muerte era lo mejor que les podía pasar a los prisioneros.
Al finalizar la Guerra Civil Española (1936-1939) hubo un éxodo masivo de refugiados, la mayor parte de ellos pertenecientes al Ejército de la República que cruzaron la frontera francesa, siendo confinados, la mayoría de las veces, en campos de refugiados en condiciones infrahumanas. Cuando las tropas francesas entraron en la contienda bélica, los españoles que no habían regresado a España, fueron conminados a integrarse en el Ejército francés, siendo enviados a primera línea de fuego, con el fin de parar el ataque del Ejército alemán, cayendo masivamente, unos muertos y otros hechos prisioneros.
Hombres, casi niños muchos de ellos, sin patria que los acogiera ni reclamara, fueron confinados en el complejo de Mauthausen, llamado desde entonces “el campo de los españoles”.
Allí terminaron su penoso periplo a través de Europa, siete madridejenses, aunque parezca increíble por lo lejano del escenario y las circunstancias. En ese campo padecieron las innumerables vejaciones y torturas que todos hemos visto, volviendo la mirada por el horror, en películas bélicas y documentales de campos de concentración nazis, pensando que nos pillaba muy lejos, desgraciadamente para siete familias de nuestro pueblo no fue así. Cuando la muerte no la dicta el tiempo sino la violencia y la pasividad, duele aún más por lo baldía que resulta.
En el primer volumen de los “Cuadernos de Historia y Cultura Popular”,
se incluyó un artículo de investigación de los hechos que llevaron a
estos siete madridejenses hasta terminar sus días en Mauthausen y
posteriormente en Gusen, de donde nadie volvía con vida.
Fueron varias familias, las que ofrecieron la documentación que aparece en el trabajo y sobre todo, las personas de más edad, las que narraron y contaron cómo habían sido sus familiares desaparecidos.
A continuación dejamos enlace al artículo completo.
Madridejenses en campos de concentración nazis
M.ª Soledad Ávila Rodríguez
M.ª Sacramento Fdez-Bermejo Prado
Teresa Galán Brazal
M.ª Soledad Ávila Rodríguez
M.ª Sacramento Fdez-Bermejo Prado
Teresa Galán Brazal