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domingo, 14 de diciembre de 2014

LAS TERRADAS

Desde que se asentaron los primeros pobladores de Madridejos en la vega del río Amarguillo, la falta de una fuente segura y fiable de suministro de agua ha sido constante a lo largo de la historia. Fundamentalmente, se proveyeron del líquido elemento a través de pozos en la vega del río, ya lo declaran así en las Relaciones Histórico Geográficas hechas en la época de Felipe II en 1576.  La carencia de agua en condiciones higiénicas ha sido causa de epidemias y enfermedades hasta el  siglo XIX.

En el lado norte de las sierras, siempre han existido fuentes que, debido a la diferencia de altitud entre esas fuentes y el pueblo (casi 100 metros), se intentaron canalizar desde muy antiguo mediante tuberías de barro. En la descripción que Fernando Jiménez de Gregorio  hace sobre el pueblo a finales del  siglo XVIII, ya indica que “se han canalizado con cargo al fondo de su pósito manantiales para abastecer cuatro fuentes en otras tantas plazas con uno o dos caños”. Los nombres de los manantiales citados son “La Nava, Pozuelo del Pliego, Umbrión, Chupadero, Garcanta y Vasto”.
 
En el siglo XIX, la canalización de barro que traía esas aguas estaba seriamente dañada, por lo que el Concejo, en 1857,  suscribe un contrato con la empresa de Eugenio Salanier, por la que se compromete a cambiar la canalización que venía del Cabalgador (arroyo Montero), por tuberías de plomo, a cambio de 66 años de concesión por un precio pactado de dos maravedís por cántaro. El trabajo incluía el acondicionamiento de los depósitos que estaban detrás de la fuente del Cristo. Finalmente se acepta que la cañería sea de barro cocido.

Fotografías realizadas por Jesús Zamorano García-Moreno

 Desde un punto de vista técnico, la ventaja del desnivel hacía que no fuese necesario un bombeo en el origen. El problema era cruzar la zona de la Cañada Honda donde había una pendiente que remontar hasta llegar a la vega del río. La propia limitación de los materiales con los que estaba hecha la tubería condicionaba el funcionamiento de los sucesivos intentos que se llevaron a cabo para la canalización de las fuentes en las sierras.
 
En 1928 el ingeniero natural de Madridejos, D. Manuel Álvarez-Ugena, lleva a cabo un proyecto encargado por el Ayuntamiento de la época, abundando en la misma idea. Consistió en mejorar las captaciones del arroyo Montero y del arroyo de las Terradas, donde se hicieron galerías revestidas de ladrillo, en el cauce del arroyo, de manera que la escorrentía del Cabalgador, Peñas Negras y los Calvaches era conducida mediante una tubería de chapa cobreada, remachada y embreada, hasta “el Depósito”, situado en un alto a 2 km del pueblo. Allí se bombeaba a un depósito elevado donde, por gravedad, mantenía la presión en la red de fuentes distribuidas por el pueblo.
 
Este sistema se mantuvo, más o menos mejorado. En 1973 se hace la distribución de la red de agua potable por las casas. El aumento de población hace que el Ayuntamiento tenga que perforar pozos para aportar el caudal requerido, en distintos puntos del término, hasta que Madridejos entra a formar parte de la Confederación del Río Algodor, encontrando así un nuevo punto de suministro más estable y abundante proveniente del embalse de Finisterre.