martes, 31 de marzo de 2015

TIEMPOS DE JUDAS Y MADAMAS

En la religión cristiana,  Judas representa al traidor, el discípulo que entregó a Jesús, por lo tanto se convirtió en el chivo expiatorio para los cristianos. Por eso este personaje  el Domingo de Resurrección, coincidiendo con el término de la Semana Santa, será manteado, simbolizando este acto el triunfo de la vida y mezclando de este modo lo religioso con la cultura popular.
El manteo del Judas es una variación de la Fiesta del Judas, propia de algunas localidades de Castilla-La Mancha y de otros municipios de España. Esta tradición que se realiza casualmente en Semana Santa, consiste en elaborar un muñeco de paja, el cual representa a Judas Iscariote.

SÁBADO SANTO

Por la mañana se prepara todo lo necesario para hacer la madama y el judas. Una base, normalmente redonda con un palo incrustado en el centro, un canjilón para hacer la cabeza de la madama y una buena estampa de una papelera (es decir, una foto de un calendario)  que hacía de cara de la madama.
La armadura del cuerpo se hacía con una chambra rellena de papeles o de jirones de telas y para la armadura de abajo se utilizaban normalmente escobas de mijo. En la cabeza se ponía un pañuelo de Santiago,  esto es un pañuelo de vistosos estampados que en la actualidad se utiliza en el traje típico de de los hombres de Madridejos.  Una vez hecha la armadura de la madama se vestía al gusto de cada cual.

El judas era la pareja de la madama. Consistía en un atuendo relleno de paja y cosido en los extremos para que no se saliese esta al ser manteado. Se utilizaban blusas, pantalones de pana, y en muchas ocasiones un pimiento picante para representar la nariz y también otras partes anatómicas del cuerpo masculino (aquí cada cual puede usar su imaginación). 

Las madamas y los judas los hacían las mozas en los patios de las casas mientras los mozos se iban a cazar lagartos para posteriormente medir las madamas.


DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Por la mañana se ponía la madama en el patio y el judas, unas veces a su lado y otras atado a una ventana. Normalmente los mozos que iban a medir las madamas eran los novios de las mozas que las habían hecho y, en ocasiones, aprovechaban esta coyuntura para formalizar relaciones y pasar a las casas de las novias.

Cuando llegaban los mozos a medir la madama, revisaban toda su ropa, poniendo especial interés en los bajos y midiéndola con “ataeros” y con lagartos, muchas veces vivos, que soltaban en los patios. Aprovechando la algarabía que esto producía, se llevaban las madamas y manteaban al judas. En algunas ocasiones la fiesta iba acompañada de música popular y bailes.

Cuentan que en cierta ocasión  la madama dio una sorpresa a una cuadrilla de mozos  ya que cuando fueron a medirla se les abrazó, llevándose éstos un gran susto y tuvieron que salir corriendo de la casa. 

Es esta una tradición que se fue extinguiendo durante los años 60 y  que no debemos echar en el olvido y debemos transmitir a los jóvenes para que conozcan nuestras raíces y el modo de vida de nuestros antepasados.


Mª Jesús Rodríguez